domingo, 24 de agosto de 2008

PHILO FARNSWORTH

Un poco de Historia

No hay nada en la televisión que valga la pena. Philo Farnsworth, 1960.
PHILO FARNSWORTH



Ingenio anónimo

En promedio, la gente pasa cuatro horas diarias frente a la pantalla del televisor, mas prácticamente nadie sabe quién inventó ese revolucionario aparato. Este perfecto desconocido se llamó Philo Taylor Farnsworth y su nacimiento se remonta a agosto de 1906 en Utah, Estados Unidos.

De niño, combinaba su jornada en la escuela con labores de agricultura, pero su insaciable curiosidad científica lo convirtió en un auténtico devorador de libros. En segundo año de secundaria, fuertemente interesado en los electrones, las teorías de Albert Einstein y la teoría molecular de la materia, Farnsworth pidió permiso a su profesor de química para asistir a las lecciones que él impartía a estudiantes de último nivel.

Un día, mientras preparaba un terreno para sembrarlo, este adolescente tuvo una ocurrencia que le robó la paz por muchos años. "Un rayo de electrones debe ser capaz de rastrear imágenes línea por línea, del mismo modo que se lee un libro", se dijo. Tenía solo 15 años cuando fue admitido en la Universidad de Brigham Young, aunque la muerte de su padre --dos años después-- lo obligó a abandonar la educación formal.

Poco después de casarse, en 1927, construyó un tubo de cámara al que llamó "disector de imágenes" y fabricó con vidrio un aparato receptor artesanal. El joven inventor tenía entonces 21 años.

El momento crucial fue cuando su cuñado introdujo una diapositiva entre el "disector de imágenes" y una brillante lámpara de carbón. Farnsworth y su esposa --que estaban frente al receptor, en otra habitación-- vieron proyectarse la imagen fija y luego, conforme el cuñado giraba la diapositiva, observaron cómo se movía. Esa fue la primera imagen electrónica transmitida por televisión.

Patentó su creación y todas las funciones que desempeñaba, y poco después registró dos nuevos inventos: el primer tubo de rayos catódicos y el primer microscopio electrónico simple.

Mas no toda su vida tuvo sabor a conquistas y alborozo.

Un excompañero universitario de origen soviético, Vladimir Zworykin, lo involucró en una batalla legal tras afirmar que él había diseñado el primer tubo de cámara. Aunque al final Farnsworth ganó la disputa, el desgaste que le produjo el litigio lo sumió en una severa depresión y empezó a tomar licor sin medida.

Salió de su crisis a finales de la década de 1950 y una vez más puso a trabajar su ingenio. En 1964, año en que murió, Farnsworth tenía a su haber más de 300 patentes en Estados Unidos y en el extranjero.


tomado de :
http://www.nacion.com/

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